Probablemente los más extendidos hasta ahora son los relojes que almacenan datos para ayudarnos en nuestro entreno de running, pero los wearables han ido mucho más allá. Podemos encontrar desde una banda que nos ayuda a leer mientras corremos, hasta una chaqueta que nos ofrece confort en situaciones de estrés, pasando por todo tipo de dispositivos, ya sean para cabeza, tronco o extremidades.

Sus funciones pueden ser registrar las reacciones de nuestro cuerpo o realizar un seguimiento de nuestras constantes, y a partir de esta información, apoyarnos en nuestro entrenamiento, dieta, o simplemente en nuestro día a día.

Aunque parezca casi de ciencia ficción, muchos de estos wearables se encuentran ya en las tiendas, y los hay de todos los precios y para muchas necesidades, como podemos ver en el estudio que ha publicado FJORD. ¿Has pensado en cuál puede ser tu wearable?