1. Lava tu cara con una infusión de té bien cargada. Eso sí, después acuérdate de hidratarla con una buena crema porque el té es muy astringente y puede llegar a resecarte la piel.
2. Controla lo que comes. Esto te permitirá mantener tu moreno y controlar también la aparición de manchas. La clave está en potenciar la melanina de la piel con alimentos ricos en betacarotenos y alfacarotenos. Estos nutrientes los encontrarás en alimentos como el tomate, la zanahoria, el mango, la papaya, la calabaza, las espinacas, el melocotón o el brócoli.
3. Los frutos secos, los cereales y las legumbres son ricos en manganeso, un mineral que se encarga de absorber los rayos UVA y que bloquea los radicales libres.
4. En algunos pescados como el atún, el salmón o las sardinas encontrarás ácidos omega-3 que protegerán tu piel contra las quemaduras del sol y la deshidratación.
5. No te olvides de hidratar tu piel con algún producto específico after-sun. Existen numerosas lociones con propiedades reestructurantes ante las agresiones provocadas por la exposición solar.

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