Está claro, dónde no hay motivación se instala la inactividad y la pasividad. La motivación es acción, pero ¿qué es lo que te mueve a pasar a la acción?
Existen dos tipos de motivación,
La motivación intrínseca se pone en marcha al realizar una actividad por el gusto de realizarla, al querer tener algo o cuando deseamos alcanzar una meta.
Los hobbies y los pasatiempos son ejemplos de motivación intrínseca, sencillamente se realizan por el mero hecho de realizarlos, al igual que el voluntariado y el altruismo, dónde se busca sencillamente ayudar.
Aquí englobamos las recompensas por incentivos de dinero, recompensas sociales, de poder, de reputación así como otras motivaciones negativas como sería el caso de una amenaza, de miedo o un castigo.
El sueldo a final de mes es un ejemplo de motivación extrínseca, el trabajo y el esfuerzo se ven recompensados económicamente, como serían también los ascensos y los premios. Otro ejemplo serían las recompensas de afecto con besos, abrazos o caricias. La recompensa de un helado en un niño por realizar una actividad poco apreciada por él es una forma externa de motivación.
La motivación extrínseca, se debilita fácilmente a no ser que la persona encuentre el disfrute y el placer en la actividad y resulte de ella una motivación intrínseca.
Y a ti, ¿qué es lo que te motiva?
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