1. Protege tu piel siempre. 20 minutos antes de salir a practicar deporte ponte una crema adecuada al tipo de piel que tienes por todas las zonas que van a estar expuestas al sol. Si tienes dudas sobre cuál es mejor para ti, acude a una farmacia o déjate aconsejar por un especialista. Invierte en una buena crema solar. ¿Sabías que sólo un 5% de la población se pone la cantidad de crema solar necesaria? Y que, ¿un 23% desconoce el índice de protección solar adecuado para su piel? Según datos obtenidos el verano pasado en una encuesta realizada por el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona.
2. Reestructura tu horario para salir a hacer deporte a las mejores horas solares. Evita salir a correr, nadar, o realizar cualquier actividad en el exterior en las horas donde hay mayor intensidad solar, éstas son principalmente de 12 – 16h, es preferible madrugar o por lo contrario, dejar la sesión para última hora de la tarde. Si no es posible por tu horario laboral o porque entrenas en grupo, disminuye la intensidad.
3. Recupérate con bebidas isotónicas, además del agua que sueles tomar normalmente. El cuerpo se regula sudando, por lo que hay una mayor pérdida de sales minerales y agua. Es importante hidratarse y reponer las sales perdidas al terminar o incluso durante, si se prevé una larga actividad. Sudar no significa estar perdiendo grasas. Como ejemplo de ello, si una persona decide salir a correr envolviéndose una bolsa de plástico en su torso o barriga, no sólo no conseguirá perder más grasa si no que estará deshidratándose más rápido que en condiciones normales, hecho que se agrava en verano por las altas temperaturas que de por sí ofrece la estación. En consecuencia, aumentará el riesgo de sufrir un golpe de calor. Una vez acabada la actividad, si se pesa, habrá perdido algún kilo, pero será de agua, y que además, volverá a recuperar una vez se haya hidratado y alimentado correctamente.
4. Ponte una gorra o visera. Siempre que puedas, y sobre todo, busca aquéllas que sean de colores claros, las gorras oscuras: negras, azul marino…debes evitarlas porque atraen los rayos del sol. ¡Huye de las prendas oscuras!
5. Protege tus ojos de los rayos dañinos del sol. Aunque muchas personas creen que llevar gafas de sol es más un complemento de moda, lo cierto es que tienen una función muy importante como protectoras de los ojos frente a los rayos dañinos del sol, los ultravioleta. Numerosos estudios indican que cada vez más llega radiación ultravioleta (UV) a la superficie terrestre, y es importante tenerlo en cuenta porque además de que los ojos dejan pasar más  luz UV cuando somos jóvenes, el daño causado es acumulativo durante toda la vida. Con ellas evitaremos la incomodidad del exceso de luz, y probablemente, conseguiremos mejorar el rendimiento al sentirnos más cómodas.
   Nos encontramos con modelos de gafas técnicas con lentes de diversos colores y que son para diferentes usos. Dependiendo de cuándo prevemos utilizarlas, la intensidad del sol a la que nos vayamos a exponer, deberás decantarte por una u otra. Es importante que os dejéis asesorar por un especialista para que os ayude a valorar cuál es la más adecuada a vuestras necesidades.
6. Utiliza ropa adecuada. Es importante que adecues tu vestuario a la sesión que vayas a realizar, recuerda que debes sentirte cómoda para llevarla a cabo con éxito. Si hay tormenta de verano pero hace calor, ¿te pondrías un chubasquero? Quizás por ésta vez vale más la pena mojarse algo…
7. Mójate de vez en cuando zonas como la nuca y la cara. No está de más, si hace mucho calor, y sobre todo si la sesión se prolonga, que te alivies refrescando con agua algunas zonas del cuerpo para que nos aporte una sensación de frescura cuando encontremos alguna fuente, río, piscina, etc. ¡Te sentirás renovada y cargarás pilas durante un rato más!

Es tiempo de sentirse bien, de aprovechar todos los beneficios que nos aporta el sol (fuente de vitamina D, tan importante para la vida) y continuar practicando deporte sin complejos.

¡Disfruta del sol! ¡Disfruta de la primavera!