¿Arte o ciencia? Equilibra tus hemisferios

Tus respuestas van a depender de qué hemisferio cerebral predomina más en ti. Nuestro cerebro presenta dos lados o hemisferios, el derecho y el izquierdo. Aunque los dos hemisferios son captadores y procesadores de información, cada uno se encarga de unas áreas determinadas y realiza funciones diferentes pero, se complementan y actúan a la vez con mayor o menor actividad dependiendo de la tarea que se realice.

El hemisferio izquierdo, el intelectual: se encarga de analizar, de memorizar, de pensar lógicamente y razonar, almacena fechas, números, nombres, etc. es el responsable del lenguaje verbal y la habilidad lingüística, de la organización, la planificación y el orden.

Le gusta las matemáticas, el control, la practicidad, lo racional, lo estático. Le gustan las leyes, las normas, lo que sea tangible,  lo que se pueda medir y se pueda demostrar con hechos. Enseña muy poco sus emociones o casi nada y se asocia a lo masculino.

El hemisferio derecho, el artista: se encarga de procesar el significado del lenguaje, es el responsable del lenguaje no verbal, de la imaginación, responsable también de aquello que no puede expresarse con palabras, piensa creativamente, es intuitivo y sensible, sale de lo establecido.

Le gusta la música, las artes, las imágenes, las metáforas, imaginar, inventar cosas, la pasión, la espiritualidad, lo que no es tangible e inmaterial, relacionarse con los demás

A diferencia del hemisferio izquierdo enseña sus emociones y se asocia a lo femenino.

El responsable de recordar un poema es el hemisferio izquierdo, encontrar el significado del poema el hemisferio derecho.

Encontrar el equilibrio

Si quieres reforzar tu hemisferio izquierdo recurre a los juegos de palabras, completa crucigramas y Sudokus. Haz listas de pendientes, organiza y planifica un fin de semana o un viaje por ejemplo. Pon orden a tu escritorio, a tus papeles.

Para reforzar el hemisferio derecho, redecora tu casa, cambia de ruta o transporte para ir al trabajo, ocúpate del jardín o de algunas plantas, medita, prueba el yoga, realiza todo tipo de manualidades, dibuja, pinta, esculpe, apúntate a hacer teatro o a bailar.

Cuando se equilibran los dos hemisferios tenemos una visión más amplia y una mayor capacidad de comprensión de nuestro entorno, no nos dejamos llevar por los extremos desarrollando la flexibilidad (entre el blanco y el negro existe una extensa gama de tonos), pensamos ampliamente, aprendemos de una manera más efectiva, somos y nos sentimos más humanos.